Los nueve meses de embarazo suponen una serie de cambios, no sólo en la parte corporal de la futura mamá, sino también en cuanto a la alimentación que debe seguir para que el feto se desarrolle debidamente y nosotras tampoco tengamos falta de determinados nutrientes.
Por ello, la recomendación habitual es que sigamos una dieta equilibrada y variada, por lo que quedan descartados modas y tópicos varios sobre qué alimentos debemos y no debemos tomar. Cada mujer es un mundo y también es necesario adaptarse a la mujer embarazada a la hora de determinar qué productos son los más aconsejados.
Lo que no debemos olvidar
Siempre es preferible que se trate de productos frescos, frente a los envasados, congelados y prefabricados. Algo lógico si tenemos en cuenta que cuanto mejores productos, mejores nutrientes van a pasar a nuestro bebé.
Las carnes grasas y los embutidos, no están prohibidos, pero es mejor no abusar de ellos. Lo mismo sucede con las sales, salsas y especias. En cuanto a la hora de cocinar, es más aconsejable hervir, hornear o poner a la plancha los productos. También deberíamos evitar los fritos o rehogados.
Relacionado con esto mismo estarían los productos de exceso calórico como la repostería y bollería. Siempre se dice que las embarazadas son propensas a tener antojo de dulce, no debe prescindir de ello si su cuerpo se lo pide, pero también debemos controlar su consumo, para equilibrar de forma correcta nuestra dieta.
Agua, frutas y verduras, a diario
La recomendación es que la futura mamá trate de beber al menos 2 litros de agua diario. Algo que de forma habitual se recomienda para todo tipo de personas, para evitar la deshidratación. Es más, durante el embarazo se suelen retener líquidos, por el aumento de hormonas, por lo que el agua se convierte en el mejor diurético posible.
Lo que no debemos tomar son bebidas alcohólicas, ya que suele ser la causa de anomalías en el feto. Durante los meses de embarazo tenemos que pensar que todo lo que comemos y hacemos repercute de forma directa en el bebé, por lo que la alimentación debe ser cuidada al máximo.
También deben evitarse bebidas gaseosas y azucaradas. Al igual que el tabaco, ya que puede perjudicar seriamente al feto. La razón es que la nicotina provoca la constricción de vasos sanguíneos por a reducción del oxígeno.