Si tenemos en cuenta que nuestro bebé va a dormir en ella una media de entre 15 y 20 horas al día, seguro que nos damos cuenta de que nos encontramos ante una decisión muy importante que hay que meditar y elegir con conocimiento.
Las dudas típicas giran en torno a si escoger una cuna con ruedas o una evolutiva, quizá una de barras, porque lo vemos más seguro. Quizá aquí encontramos la principal clave que tenemos que vigilar: la seguridad, a lo que debemos unir la comodidad de nuestro pequeño. Las dos piezas en las que debemos sustentar la elección.
Dimensiones y características más interesantes para orientar la elección
La profundidad de una buena cuna debe ser como mínimo de 60 centímetros. Con ello nos aseguramos que podemos colocarlo de forma cómoda sin dejarnos la espalda en el intento. Y será algo que hagamos cada día, por lo que este punto es importante.
En cuanto a la posibilidad de escoger una cuna con barrotes, tengamos en cuenta que lo más importante es que el bebé no pueda meter la cabeza entre ellos, por eso precisamente la distancia máxima no debe superar los 6,5 centímetros.
Fuera de esto las opciones son múltiples y tendremos que escoger la que nos resulte más atractiva. Si hablamos de algunas cosas que podrían hacernos la vida más sencilla a futuro, sería que la elección cuente con la posibilidad de adaptar el somier a diferentes alturas.
Posibles errores que se pueden evitar
Entre las recomendaciones que nos darán está evitar los laterales abatibles. A pesar de que nos los vendan como un punto positivo, en realidad es una de las alternativas menos recomendadas porque el sistema puede fallar, además el bebé puede llegar a manipularlo sin querer, poniendo en riesgo su seguridad.
Atención por tanto a este punto si nos han dejado la cuna de segunda mano. Debemos comprobar que todas las piezas funcionan correctamente, para evitar que después se le caiga alguna pieza encima al pequeño.
Y si apostamos por una cuna low cost, revisar que no esté diseñada con materiales tóxicos y que los ángulos sean redondeados, de esta forma limitamos riesgos que podamos vivir mientras vaya creciendo nuestro bebé.