Es una de las mayores preocupaciones con las que se encuentran las futuras madres: encontrarse cómodas, seguras de sí mismas, y llevar ropa que, realmente, les favorezca. La realidad es que, semana tras semana, su barriga va a ir creciendo y, con ella, cada vez la ropa quedará más ajustada. Por supuesto, no nos va a quedar igual que cuando no estábamos embarazadas, por culpa de los numerosos cambios que tienen lugar en nuestro cu peor y por el tamaño que adquiere nuestro vientre, sobre todo, durante los últimos meses de gestación. A causa de esto, no tenemos que desesperarnos, ponernos a gritar, ni recordar el nombre de todos los santos. Ni, tampoco, por ello, tirar toda la ropa que tenemos en nuestro armario. Sólo tenemos que valorar, a la hora de comprar prendas muescas, que estas deben ser capaces de adaptarse, de la mejor manera a nuestra fisionomía; y, que, después de la llegada de nuestro bebé, nos puedan seguir valiendo. Podemos comprar prendas premamá en los colores de moda -que es lo más aconsejable- y aprovechar los diseños que hacen casi todas las firmas, para que nos sintamos a gusto, en blusas de estilo amplio, que marcan la zona alta de la cintura y del bajo busto, haciendo que el vientre no aparezca muy ajustado. También, puedes aprovechar los tan de moda leggins, que puedes combinar con un buen par de botas, durante el invierno. También, durante el verano, camisolas, camisas y vestidos, que puedes llevar con un cinturón, nos valen para ir cómodas durante la gestación.