Muchas de nosotras pensamos en celebrar un bautizo por el mero motivo de seguir la tradición familiar. Pero es algo más serio que todo eso. Un bautizo es una ceremonia religiosa en la cual los padres se comprometen con la iglesia a educar al niño con las bases fundamentales de la religión católica.
Lo más aconsejable, si no estás segura de dar este paso o no quieres que sea la presión familiar la que te obligue a educar a tu hijo en un entorno religioso, es esperar a que el niño crezca y pueda tomar sus propias decisiones. Un bautizo puede realizarse a cualquier edad.
Eso no quita que prepares una fiesta de celebración para dar la bienvenida al nuevo miembro de la familia. Y al igual que los detalles de boda siempre se puede dar algún obsequio a los invitados que asistan a la fiesta. Normalmente, al tratarse de celebraciones íntimas no es algo expresamente obligatorio ni entra dentro de un protocolo social. El lugar de la celebración lo elegirán los padres, aunque si se trata de dar la bienvenida al bebé, hacer una velada con abuelos y tíos en la casa anfitriona sería la mejor opción (y la más barata).
Pero en el bautismo, tras derramar el agua bendita sobre la cabeza del recién nacido se asiste a un convite. Lo más común es reservar en un restaurante con comedores especializados en este tipo de celebraciones. Asimismo, los detalles para bautizo (recuerdos de bautizo) entran dentro de las condiciones del evento. Cualquier obsequio que recuerde el nacimiento de tu hijo, que al fin y a al cabo, es el protagonista de dicha organización.
Más adelante el niño valorará si quiere celebrar su casamiento con Dios. Que los detalles de comunión, los regalos de comunión, el vestido blanco que tanto enamora a las niñas no sean los únicos motivos por los que quieran hacer su Primera Comunión. El tema de la religión a seguir es algo que repercute en el día a día, en la forma de pensar y comportarse con el prójimo