La creatividad no es algo tan fácil como parece, cualquiera pudiese pensar que es creativo, pero lo que pudiese ser inventivo y creatividad a veces lo confunden con inteligencia y habilidad.
Por ejemplo, cualquier mujer pudiese inscribirse en un curso de maquillaje para que le enseñasen los paseos y técnicas básicas del maquillaje, pero hay ciertas cosas que no se aprenden en cursos de maquillaje, si esa mujer no es creativa aplicando todo lo que le enseñaron, siempre realizará lo mismo que aprendió ese día; no innovará ni se arriesgará a hacer algo distinto de su propia inspiración.
Igual pudiese pasar con los artistas por ejemplo; existen muchas escuelas de arte reconocidas en el mundo, en la cuales les enseñan las técnicas de todos los artistas famosos que han pasado en la historia, hasta el punto de que alguno de los estudiantes pudiesen pintar una réplica de los cuadros más famosos del mundo; pero eso no lo hace un artista fuera del grupo, el que imite algo ya hecho, no quiere decir que lo que el haga de su propia imaginación será algo exitoso, lo que hace la diferencia son los detalles personales que cada quien le pone a lo que hace, esa marca de fábrica personal que lleva un trabajo.
Esos detalles que le da cada quien a lo que hace, es lo que separa a alguien exitoso de alguien del montón.
Trabajar la creatividad no es algo que se puede hacer leyendo un libro, si bien existen libros que le pueden dar algunas técnicas para hacerlo, lo más importante es dejarse llevar por el instinto y no tener miedo al fracaso; no dejarse llevar por las recetas que siempre funcionan, sino tratar de idearse elementos que puedan innovar y superar lo antes establecido, los paradigmas están hechos para romperlos, pero con una base sólida, para que pueda permanecer en el tiempo.
Aprovecha el tiempo libre, haz lo que siempre has querido hacer, que otros te enseñen lo que siempre has querido saber.
“El saber no ocupa lugar”